COMENTARIO DE TEXTO
El texto a comentar es un poema, por
lo que pertenece al género lírico, y está escrito en verso. Su autor es Gustavo
Adolfo Bécquer (1836-1870), máximo exponente del Posromanticismo español que se
desarrolló en la segunda mitad del siglo XIX. En este poema se advierten
algunos de los rasgos de este movimiento literario, como la prevalencia de los
sentimientos sobre la razón, el individualismo y el subjetivismo o la
importancia de la naturaleza. Dentro de las “Rimas” de Bécquer, este poema se ubicaría
en el segundo bloque, pues el tema del amor se aborda con optimismo.
Podemos afirmar que el tema de esta
rima es la exaltación del amor como fusión o unión total de los enamorados. El
tema amoroso es uno de los más tradicionales en la lírica y también uno de los
preferidos del autor y del movimiento romántico. Bécquer lo aborda aquí con
una actitud completamente subjetiva y con un tono marcadamente idealizado.
Con respecto a la estructura externa
del poema, esta rima está constituida por cinco estrofas de cuatro versos octosílabos
cada una, con rima asonante (á-a) en los pares (en este rasgo se observa la
influencia de la lírica popular). En cuanto a su estructura interna,
podemos dividir el poema en dos partes atendiendo al modo en que se desarrolla
su contenido:
-
En
la primera parte, la más extensa, que se correspondería con las cuatro primeras
estrofas, el poeta alude a distintas parejas de elementos que tienen a fundirse
en uno solo (lenguas de fuego, notas del laúd, olas del mar y jirones de
vapor).
-
En
la segunda parte, que se corresponde con la última estrofa, el poeta habla del
amor con una expresión más directa refiriéndose ya a realidades atribuibles a
personas (ideas, besos, ecos) y además aclara que todas las metáforas
anteriores aluden a la unión entre el poeta y la amada (“eso son nuestras dos
almas”).
Por ello, podríamos afirmar que el poema presenta una
estructura inductiva, pues la idea central está en los versos finales, siendo
la última estrofa una culminación o síntesis de las anteriores.
La intencionalidad del autor es
doble: por una parte, expresa su concepción ideal del amor, y, por otra,
pretende producir belleza a través del uso especial que hace del lenguaje, que
se manifiesta en el empleo de numerosas figuras literarias.
Así,
encontramos dos recursos de repetición muy frecuentes en las “Rimas” de
Bécquer: la anáfora y el paralelismo (ambos vienen a subrayar la división del
poema en dos partes propuesta antes). Además, ese número que se repite al
comienzo de ocho versos insiste en la idea principal del poema: “Dos”, el poeta
y su amada, dos que, además, se funden en uno solo. Otro recurso fundamental en
el poema es la metáfora: el pronombre “eso” del último verso recoge todos los
elementos que se habían desplegado a lo largo del poema y los identifica con
sus almas. Bécquer ha elegido como base de las metáforas distintos elementos
que son muy frecuentes en su obra: están presentes los distintos elementos
naturales (el fuego, el agua, el aire) y también la música. Cada estrofa le
sirve para hacer referencia metafóricamente a algún aspecto de la unión
amorosa: el fuego de la primera, a la pasión; las notas del laúd en la segunda,
a la armonía; las olas que mueren juntas, a la eternidad de la relación, etc.
Es llamativo también el modo en que algunos de estos elementos se personifican,
pues el poeta les atribuye acciones que son propias de las personas, y, más
concretamente, de los enamorados: besarse,
acercarse, abrazarse… Podemos señalar además que algunos adjetivos del
poema son epítetos (“rojas lenguas de fuego”, “nube blanca”) y que también
aporta ritmo a la composición la repetición de la conjunción “y” en la segunda
estrofa (polisíndeton). Encontramos además otros recursos frecuentes en las
“Rimas”, como son el hipérbaton (“que del lago se levantan”) y otras metáfora
de menor importancia (el “penacho de plata” haciendo referencia a la espuma del
mar, por ejemplo).
Podríamos decir, para finalizar, que
esta Rima XXIV es una de las composiciones amorosas más optimistas de Bécquer,
pues en ella expresa la satisfacción que le produce haber alcanzado por fin la
unión plena con su amada. La manera en que el poeta describe lo que para él es
el amor en esta rima parece implicar que las personas enamoradas pasan de ser
dos a fundirse en una sola. Creo que, aunque Bécquer plantea esta idea de un
modo muy bello e idealista, la realidad de las relaciones amorosas es otra, y
que aunque dos personas se quieran mucho y estén muy unidas, siempre deben
conservar una parcela en la que sigan siendo uno, y no dos, para que no se
anulen sus personalidades individuales ni dejen de ser ellos mismos. Por otra
parte, la idea de dos almas gemelas que piensan lo mismo y que hablan casi al
unísono, que transmite en la última estrofa del poema, tampoco me parece muy
realista, pues pocas veces se da esa coincidencia plena entre las personas por
el hecho de que se amen. Tampoco suele ser cierto que las uniones sean eternas,
de hecho, cada vez es menos frecuente. El propio Bécquer nos hablará en otras
de sus rimas, en la tercera parte de la obra, del final del amor, y nos
describirá esas dos almas que parecían estar hechas la una para la otra como
dos realidades irreconciliables y contradictorias. ¿Cómo es posible que las dos
lenguas de fuego que “forman una sola llama” se conviertan de pronto en un una
ola y la roca contra la que ésta choca? Así es el amor a veces… caprichoso y
fugaz.
NOTA: EN ESTE ENLACE PODÉIS REPASAR LOS RECURSOS LITERARIOS BÁSICOS.
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